sábado, 1 de noviembre de 2014

Lo que está en tu mano

En mi trabajo he observado un porcentaje de ‪#‎mejoría‬ apreciable en las personas que acuden a la consulta, ya sólo con tomar la decisión de pedir ‪#‎ayuda_psicológica‬, y comenzar la terapia. Yo siempre pregunto si han notado alguna mejoría después de nuestro encuentro, o después de la primera llamada que me hacen para pedir hora. 
 Para mí esta mejoría significa que querer, tener la voluntad de estar sanos juega un papel tan importante que si quien acude a la consulta no ha tomado esa decisión, la terapia no ayuda y se suele abandonar. 
¿La ‪#‎Voluntad‬ de estar bien es algo exótico, difícil de conseguir? Yo creo que no. Es la misma voluntad que funciona a diario para mantenernos con vida, la misma que la Voluntad de "no querer estar mal". Muchas veces se enuncia el deseo de dejar de sufrir, pero estamos hablando de lo mismo. Si no quiero sufrir, es que quiero estar bien. 

Por lo tanto, todos queremos estar sanos en la medida de lo posible, y todos queremos vivir, y no sufrir, no queremos prolongar dolores y malestares hasta los restos si podemos hacer algo por evitarlos.

Sé lo que cuesta decidirse a pedir ayuda, verse a uno mismo yendo a la consulta de un psicólogo, pensar en el "qué diran", como si fuera una vergüenza, juzgarse fracasado... Lo sé porque yo también he pasado por ese proceso. 
Y por eso también sé lo que ocurre cuando lo hacemos: Hay una sensación de alivio, de poder por fin contar con alguien más para ayudarte con tu sufrimiento. Contar con ayuda es un descanso ya de entrada. 
Más adelante, lo que aparece cuando seguimos con nuestra decisión de querer estar bien son las Posibilidades, las Opciones, las Habilidades que puedo desarrollar si digo sí a dejar de sufrir. 
Todas estas cosas ya no tendrán que esperar más, porque por fin se les ha dado una oportunidad.
Estuvieron siempre ahí, esperando en la palma de nuestra mano.
A que nos decidamos.