¡Buenos días! Un lunes intenso hoy, en el que si me permitís quiero daros un apunte sobre las #expectativas que sin darnos cuenta trasladamos a nuestros niños y adolescentes.
#ConLaMejorIntención, para que sean personas eficaces en esta sociedad, para que tengan éxito, damos a nuestros hijos indicaciones sobre lo que esperamos de ellos.
Muy enfocados en los resultados, en que aprendan a hacerlo bien, a veces no nos damos cuenta del efecto de bloqueo y desorientación que acabamos causando en nuestros niños.
#ConLaMejorIntención, para que sean personas eficaces en esta sociedad, para que tengan éxito, damos a nuestros hijos indicaciones sobre lo que esperamos de ellos.
Muy enfocados en los resultados, en que aprendan a hacerlo bien, a veces no nos damos cuenta del efecto de bloqueo y desorientación que acabamos causando en nuestros niños.
Ese bloqueo se nota
cuando a la hora de hacer los deberes, o las tareas del colegio nuestros
hijos se ofuscan, las evitan de la manera que puedan, y les vemos
sufrir y negarse a hacerlas. No es por pereza siempre, a veces a los
adultos nos falta recordar que los errores están permitidos y nos ayudan
a aprender. Porque les pedimos resultados, resultados, resultados.
Y a veces se nos puede olvidar que somos su espejo.
Ellos se miran en nosotros, hasta que aprendan a mirarse ellos y saber quienes son.
Por eso, si se miran en lo que les decimos y lo que ven es que nunca lo hacen bien del todo, nunca estamos contentos con sus resultados, siempre lo pueden hacer mejor...
Y a veces se nos puede olvidar que somos su espejo.
Ellos se miran en nosotros, hasta que aprendan a mirarse ellos y saber quienes son.
Por eso, si se miran en lo que les decimos y lo que ven es que nunca lo hacen bien del todo, nunca estamos contentos con sus resultados, siempre lo pueden hacer mejor...
Empiezan a desesperarse, a
bloquearse, incluso a sentirse como el bolardo de esta foto. Se siente
raro, inadecuado, y aturdido. No sabe por dónde tirar...
En el
próximo post (mañana) comentaremos cuál es la alternativa que los padres
y educadores podemos poner en marcha para ayudar a nuestros hijos a ser
eficaces y al mismo tiempo generar actitudes sanas hacia el error, y
una autoestima sana.