Necesito escribir esto y dirigirme a muchas personas que se camuflan como pueden estos días entre el espumillón y los villancicos. Ellos ya saben quiénes son.
Te hablo a ti,
que no te gusta la Navidad. Te escribo a ti, a nosotros. A los que no sentimos
alegría en Navidad, por motivos tan dignos como los que sí sienten la calidez
de estos días. Estas fiestas, con sus luces y su leyenda sobre el niño que
nació y vino a salvarnos, nos piden que sintamos alegría, y ganas de volver a
casa con la familia, y disfrutar mucho con ellos y consumir productos variados…
A ti esto no
te está siendo fácil de conseguir, formar parte del anuncio de la lotería, o
del de los turrones. Quizá en el pasado sí. O Cuando eras pequeño/a. O cuando
había niños en casa, todavía sí.
Todo vuelve en
Navidad. Son muchas las personas que se sienten solas y además, avergonzadas,
que no saben dónde meterse en estas fiestas, y les gustaría quedarse bajo una
manta, y salir directamente después de Reyes. Cuando eres “el diferente” de tu
grupo, de tu familia, porque no disfrutas como los demás, te da vergüenza, o
culpa por estropearles, y por eso no pides ayuda.
Pienso que
esta fiesta no lo pone fácil. Los tristes desentonamos. Pero la solución no es
forzarse a fingir lo que no se siente. Y al mismo tiempo, sé, porque lo compruebo
cada día, que si me siento mal cuando todo mi pasado y mi presente me ahogan,
es justo ahí cuando mejor me he de tratar. Buscar y encontrar momentos sencillos,
baratos y tranquilos para cuidarme todo lo bien que pueda. Moderar mí
exposición a situaciones que luego sé que me dejan con malestar durante horas o
días. Pedir apoyo, llamar, escribir, quedar con quienes sé que me pueden
escuchar, o me entienden, o no les molesta mi tristeza. Pasear bien abrigado
por la naturaleza o un jardín, aprovechando que hace sol. Descansar. Intentar
estar conectada con la parte del mundo y de mi vida que me da cosas buenas.
Quiero que
recuerdes que no estás solo o sola en esto, somos muchas las personas que
sabemos que no es fácil. Todas estamos caminando juntas en la vida, aunque vayamos
por caminos diferentes que a veces se cruzan. Pero todas caminamos hacia casa, a
cuidar el fondo de nuestros corazones, a curar nuestras heridas a aprender a
curarlas para tener unas bonitas cicatrices.
Un abrazo, y Seguimos.